PANDILLAS JUVENILES UNA AMENAZA LATENTE

GRAN PARTE DE LAS PANDILLAS JUVENILES SON RESULTADO DEL MAL USO DEL TIEMPO LIBRE.



El controvertido documentalista colombiano “Pirry” asombró el pasado domingo 2 de mayo al país cafetero con un programa titulado: “POR MI MADRE VIVO, POR LA PANDILLA MUERO”. En donde tocaba el tema de las “Maras” o pandillas centroamericanas.
Estas pandillas, surgidas siempre en los barrios populares de las ciudades cada vez más atestadas y caóticas, son habitualmente conocidas como “maras” término derivado de las hormigas marabuntas, que terminan con todo a su paso, metáfora para explicar lo que hacen estas “mara-buntas” humanas.
Países subdesarrollados y clasificados entre los más pobres del continente, con guerras civiles y cerca de los Estados Unidos han sido incapaces de luchar contra estas pandillas.
El impacto que éste documental causo en Colombia no deja de ser irónico, ya que éste país lleva 60 años padeciendo una feroz guerra interna que ha desangrado de norte a sur y de oriente a occidente su territorio.
Son muchos los que niegan el conflicto armado en Colombia, la gran mayoría son uribistas que creen que los grupos insurgentes ya están derrotados. Y por eso se alarman ante la violencia que las “maras” desatan en los países centroamericanos.
El accionar violento, el tráfico de drogas y la vinculación de los menores de edad en el conflicto son características que estaban reservadas hasta hace unas décadas para las guerrillas ahora forman parte del accionar de las llamadas guerrillas urbanas o mejor conocidas pandillas.
Una de las primeras referencias de la literatura colombiana sobre este tema data de 1971 en la novela: “EL ATRAVESADO” de Andrés Caicedo donde relata la historia de un adolescente caleño que vive su adolescencia en un entorno rodeado por pandillas, entre ellas LA TROPA BRAVA, pandilla al a que pertenecían unos de sus amigos.
Para hacer un análisis juicioso de las pandillas en Colombia es necesario hacer mención de la serie que actualmente emite el canal RCN que fue escrita por Gustavo Bolívar en el año 1997 “PANDILLAS GUERRA Y PAZ” que cuenta la historias de jóvenes de escasos recursos que se ven envueltos en problemas de drogadicción y ante la realidad de una sociedad que los rechaza y los margina crean las pandillas para poder sobrevivir.
A pesar de intentar ser lo más realista posible incluso en el lenguaje que utiliza la seria, éste es uno de esos casos en los que la realidad sigue superando a la ficción, violencia entre personas de distintos barrios y pandillas, asesinatos, venta de drogas y sobornos a las autoridades son el pan de cada día en la capital colombiana.
Las pandillas y todo lo que generan (violencia, tráfico de estupefacientes, asesinatos, robos, deserción escolar etc.) se pueden combatir de forma efectiva si se ataca al problema de raíz.
La Fundación Telefónica y la Corporación Juntos Construyendo Futuro hicieron un estudio juicioso sobre las problemáticas que afectan a las poblaciones vulnerables en Bogotá, poniendo énfasis especial en la localidad 19 Ciudad Bolívar.
Los datos que arrojó el estudio fueron que la mayoría de jóvenes ingresan en las pandillas porque no tienen nada en que emplear su tiempo libre, porque tienen una baja autoestima y porque son incapaces de reconocer figuras de autoridad, salvo los líderes de la pandilla.


El problema, por cierto, es muy complejo; categorizaciones esquemáticas no sirven para abordarlo, por ser incompletas, parciales y simplificantes. Entender, y eventualmente actuar, en relación a fenómenos como éste, implica relacionar un sinnúmero de elementos y verlos en su articulación global. Comprender a cabalidad de qué hablamos cuando nos referimos a las pandillas no puede desconocer que se trata de algo que surge en los países más pobres del continente, con estructuras económico-sociales de un capitalismo periférico que resiste a modernizarse, y que vienen todos ellos de terribles procesos de guerra civil cruenta en estas últimas décadas, con pérdidas inconmensurables tanto en vidas humanas como en infraestructura, los cuales hipotecan su futuro.
Si bien una de las consecuencias del auge de las pandillas es la mala utilización del tiempo libre también hay que tener en cuenta que son una forma de expresión y de búsqueda de identidad al interior de una sociedad con un largo historial de violencia, como dijo en una ocasión García Márquez: “Así somos, y nada podrá redimirnos. Un continente concebido por las heces del mundo entero sin un instante de amor: hijos de raptos, de violaciones, de tratos infames, de engaños, de enemigos con enemigos."
Mientras se siga teniendo la convicción de que somos violentos por naturaleza y no podemos hacer nada frente a eso, va a ser muy difícil lograr algún cambio, sin embargo hay una pequeña luz que se filtra entre las sombras de la violencia y hace pensar que un futuro mejor sí es posible parodiando una frase de un candidato presidencial.
Fundación Telefónica y la Corporación Juntos Construyendo Futuro implementaron en 3 colegios de la localidad de Ciudad Bolívar un proyecto denominado “PRO-NIÑO” que busca el aprovechamiento del tiempo libre entre estudiantes de primaria y bachillerato mediante la creación de espacios culturales y deportivos donde los estudiantes puedan interactuar entre sí y fomentar sus capacidades. También pueden acceder a capacitaciones laborales dictadas para los estudiantes de grado 11 y cuentan con medicina general.

Actualmente hay 3 escuelas deportivas y 2 laboratorios de ciencias a disposición de los estudiantes, aunque para poder ser beneficiario del proyecto hay que permitir una visita al lugar de residencia y una entrevista con los padres, así se hace un filtro para que al programa sólo entren las personas más vulnerables.

Desde que el proyecto empezó a implementarse hace 5 años a ha logrado aumentar la retención escolar llegando a un 97.1% 97.1 (Estadísticas del sector educativo de Bogotá, Alcaldía de Bogotá, 2009)
También se han reflejado los resultados en la disminución de los índices de violencia protagonizados por menores de edad llegando a una reducción del 4%.
Dice un proverbio cristiano que si se educa al niño no se tendrá que corregir al adulto y esta realidad se ha evidenciado con los resultados obtenidos en 5 años de ardua labor, al enseñarle al niño a utilizar su tiempo libre y darle una sólida formación en valores se evita en gran manera que en su adolescencia y adultez sea un delincuente que continúe ensangrentando el suelo de su país. Todo empieza por casa y es hora que los padres dejen de creer que la televisión y la calle educan a sus hijos, es hora de apersonarse más de la crianza de sus hijos.